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SINOPSIS

Loan Keller no era un mujeriego empedernido, pero estaba bastante seguro de que un compromiso a largo plazo no era lo suyo. Quizás por eso encontrarse con Danna McKenzie, una patinadora profesional que tampoco quería nada serio, fue la respuesta correcta para él. En primer lugar porque ella solo estaba interesada en su carrera, y en segundo porque solo se veían dos semanas al año, durante los campeonatos.

Cada año Loan la esperaba, y cada año ella le regalaba las mejores noches de pasión… hasta que en el último campeonato en Paris ella no se presentó.Content provided by NôvelDrama.Org.

¿Dónde está Danna? ¿Qué se esconde detrás de su ausencia? Muy pronto los secretos, las intrigas y la posibilidad de que haya un hijo suyo que no conoce casi enloquecerán a Loan. Él no está listo para tener una familia, pero ¿está listo para perderla?

TE VOY A CONQUISTAR. PREFACIO

Loan abrió los ojos lentamente y miró al techo. Era su hora de irse, de salir corriendo como siempre hacía, pero en aquel instante lo único que le pedían su cuerpo y su mente era que se quedara acurrucado contra la espalda de aquella pelirroja.

A su corazón no lo metía, porque sabía que ninguno de los dos estaba dispuesto a enamorarse. Él era dueño de una de las compañías de artículos deportivos más importantes de Europa y ella era una patinadora artística profesional.

—Quiero volver esta noche —dijo contra su hombro y sabía que era la primera vez que le pedía eso a una mujer.

Danna se dio la vuelta, mirando el rayo de luz que entraba por la ventana. Lo miró a los ojos por un instante, aquellos hermosos ojos claros y suspiró.

—Puedes quedarte todas las noches hasta que termine el campeonato… con dos condiciones —murmuró.

—¿Cuáles?

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—No necesitamos saber nuestros nombres, y cuando la competencia termine, lo nuestro también —sentenció ella.

oan accedió, la verdad era que después de pasar una noche con ella habría accedido a cualquier cosa menos a ponerle un anillo de compromiso en el dedo, pero eso no era lo que ella estaba pidiendo.

No le dijo su apellido, pero no pudo evitar conocer el de ella. Danna McKenzie era una de las competidoras más fuertes de Escocia en aquel campeonato mundial y finalmente se alzó con una medalla de bronce.

El día que le dieron el premio Loan supo que ella tenía diecinueve años, le quedaba una exitosa carrera por delante.

—¿Nos vemos en el próximo campeonato? —le preguntó la noche en que se despidieron.

—Si están es el bar del hotel en la noche de la inauguración… — susurró ella—. Entonces supongo que nos veremos.

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Y aunque todo el año siguiente hizo su vida como si ella no existiera, al llegar el siguiente campeonato Loan estaba inquieto recorriendo el bar de aquel hotel en la primera noche del evento.

Su corazón se detuvo cuando la vio llegar, enfundada en un vestido dorado pálido que realzaba su cabello, lista para que él la subiera al cielo y más allá. Era una mujer realmente hermosa, por dentro y por fuera. Su cuerpo espectacular escondía a una chica llena de sueños, apasionada, curiosa y coqueta que le robaba cada sonrisa a Loan.

Ese fue el segundo año que pasaron juntos. Luego llegó un tercero, un cuarto…

Él la esperaba en cada campeonato y Danna siempre llegaba… hasta que un día no lo hizo.

Las tres de la madrugada dieron con Loan en el mismo asiento, en el mismo bar, mirando a la puerta. Pero en lugar de Danna lo que le llegó fue un presentimiento horrible.

—Algo le pasó… ¡Algo tuvo que pasarle!