Capítulo 114
Capitulo 0114
La asistente recogió de inmediato el teléfono con cuidado: -Natalia, ¿
como te fue?
-Quiere que me disculpe con Viviana y que admita públicamente la
copia.
La asistente funció con rabia el ceño: -¿Cómo va a ser eso? Si
admites la copia, todo lo que has logrado hasta ahora se perderá por
completo.
Natalia decidió dejar de lado a esa maestra Isabella; no creía que alguien fuera a desperdidiar tanto tiempo, además negarse a recibir dinero y enfrentarse a ella en un juicio internacional. Ahora lo más importante para ella era manejar el asunto relacionado con Silvia y su matrimonio con Julio. No eia el momento justo de preocuparse por
una sola canción.
-Esta noche es la celebración del aniversario de la empresa, debo prepararme muy bien, vamos a controlar la noticia de la copial pagando por ahora.
Natalia sabía que su dinero no le duraría mucho. Pero mientras pudiera asegurar su matrimonio, estaría totalmente satisfecha. En la empresa. No pasó mucho tiempo antes de que Silvia recibiera una llamada justo de Viviana.
-Silvia, ¿vas a venir hoy?
Hoy era fin de semana, y ella había planeado invitar a Silvia y a Oscar a hacer camping.
Silvia lo rechazó de inmediato: Julio me está vigilando muy de
cerca, ya ha descubierto a Juan, si descubre la identidad de Oscar, no
será nada bueno. Nos vemos en unos días.
Viviana vio que era muy razonable: De acuerdo, entonces asegúrate de quedar embarazada pronto para que podamos regresar de nuevo a Reinolanda.
-Humm....
Silvia, sin darse cuenta, se tocó el estómago; no sabía por qué, pero esa vez, al volver, parecía que Julio se había vuelto más cauteloso. Le costaria muchisimo más quedar embarazada...
En ese momento, se escuchó un golpe en la puerta; a través de la puerta de cristal transparente, vio a Adrian de pie junto a la entrada, por lo que colgó el teléfono de inmediato.
-¿Asistente Panadero, en qué puedo ayudarle?
Aan entró enseguida: -Señorita Orellana, el señor Ferrer la está
hando a su oficina.
Silvia pensó que Julio no vendría hoy. Aunque no lo quería, Juan estaba en sus manos, por lo que no tuvo más remedio que ir.
-Está bien.
Lo aceptó, pero Adrian no se fue y la acompañó directamente a la oficina del presidente.
En el camino, Adrian no pudo evitar hablar: -Señorita Orellana, tengo que decirle que el señor Ferrer ha estado buscándola insistentemente durante todos estos años; en mi opinión, se preocupa por usted.
Silvia se detuvo un momento.
Adrian también se detuvo, solo para verla sonreír levemente y decir: - ¿Crees que esto es preocuparse por mí?
Adrian se sorprendió, su rostro educado bajo sus gafas doradas
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estaba algo confuso.
Silvia continuó: -Asistente Panadero, no sé si recuerdas cómo me tratabas anteriormente. Cuando llamaba a Julio, recuerdo la mayoría dedas veces exás tú quien contestaba, y En siempre me decías que estaba muy
ocupado, que tenía cosas
importantes que hacer. Incluso llegabas a colgarme el teléfono a menudo, ¿verdad? Además de eso, ¿
me has llamado alguna vez «señora Ferrer>>>? The content is onThis text is property of Nô/velD/rama.Org.
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Adrian se atascó al instante, luego le explicó con total seriedad: - Eso es por una razón personal mía, no tiene nada que ver co el señor Ferrer.
-¿No tiene nada que ver? -le cuestionó con firmeza Silvia.
-La actitud del dueño determina la actitud del perro. No estoy insultándote, solo estoy diciendo la verdad. Quando estaba en casa de los Ferrer, no solo tú, incluso los perros de la familia veían a quién trataban bien o mal.
Ma
a expresión de Adrian pasó
rápidamente por varios estados de confusión. No pudo refutardas m palabras de Silvia. Todo era cierto, si Julio no hubiera dejado de
preocuparse por Silvia, ¿cómo
habrían osado sus subordinados ser
groseros con ella? The content is on
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Era como ahora, ni siquiera se habia dado cuenta de que su actitud hacia Silvia había mejorado significativamente en
comparación como lo era antes.
Porque sentía que Julio trataba a Silvia de una manera muy especial.