Chapter 98
Chapter 98
Socio misterioso.
Miré por enésima vez mi celular que estaba sobre el escritorio, esperando que la pantalla se encendiera en cualquier momento con la llegada de la llamada que he estado esperando desde hace dias.
La llamada del abogado Richman.
No podia concentrarme en los documentos que tenia que revisar y firmar, pues la ansiedad me estaba superando. Llegamos a un acuerdo con el abogado, que buscaria todas las pruebas que incriminaban a los Dubois y cuando lo tuviera en sus manos, nos reuniriamos con mis abogados para iniciar la demanda en contra de todos los responsables de los delitos en contra de mi familia.
La espera comenzaba a desesperarme y mi cabeza estaba hecha un lio con todo lo que tenia encima.
El lanzamiento de mi marca, la colaboración de Rachel y el abogado, mis padres desaparecidos que no volvieron a enviarme una señal más de vida, ni siquiera sabia lo que estaban haciendo o lo que planeaban hacer, queria que supieran que estábamos cada vez más cerca de hacer caer a los Dubois, pero no había manera de comunicarme con ellos, ni siquiera sabia lo que iba a pasar con la empresa si Paul va a prisión.
Sentia que mi cabeza iba a explotar en cualquier momento.
Unos toques en la puerta de mi oficina me sacaron de mi ensimismamiento y me olvidé del celular para volver a concentrarme en mi
empresa.
– Adelante. -dije acomodando los documentos que estaban esparcidos por el escritorio y la puerta se abrió dejando a la vista a un sonriente Julián con un traje impecable. -¿Julián?
Frunci ligeramente mi ceño por su sorpresiva visita.
Buenos dias, Sarah, lamento el retraso. -saludó antes de mirar la hora en su reloj de pulsera, mientras se hacía paso a la oficina.
-Espero no hayas olvidado nuestra reunión. Content provided by NôvelDrama.Org.
Tan pronto como escuché sus ultimas palabras, recordé que le habla pedido que nos reuniéramos hoy a las diez de la mañana, para
tratar el tema de la asociación.
¿Cómo pude olvidarlo?
Si, si. Disculpa, tengo la cabeza en otro lado, pero sientate, ¿quieres algo de tomar?-hablé en un intento por ocultar lo distraida
que estaba últimamente y para mi suerte, lo consegui. Julián negó con su cabeza y me relajé en mi asiento. Ahora que lo recordaba, no
podiamos iniciar la reunión hasta que no llegara Vincent con el hombre que estaba interesado en asociarse con L&J. -Vale, entonces,
esperemos que llegue Vincent. Pasemos a la sala de juntas, estaremos más cómodos.
Me puse de pie mientras tomaba los folders con las propuestas para los socios y mi celular, guardando la esperanza que el nombre
del abogado apareciera pronto en la pantalla y le pedi a Julián que me siguiera.
– Jack, por favor, cuando llegue Vincent le dices que lo estoy esperando en la sala de juntas. -le pedi a Jack cuando pasé por su
escritorio y este asintió con su cabeza en respuesta. Sin más, retomé mi camino a la sala de juntas.
Te felicito, Sarah, por tu nueva empresa y nuevos proyectos, cada dia te admiro más. Aplaudo tu fortaleza en momentos tan
complicados. Eres el ejemplo de la famosa frase: lo que no te mata, te hace más fuerte. -las alentadoras palabras de Julián me sacaron
una sonrisa y le di una rápida mirada en medio del camino.
Por supuesto que debia mantener fuerte ante las adversidades, aunque por dentro todo estaba patas arriba, no podia derrumbarme
por las desgracias que me rodeaban, mucho menos dejaria que los malos se salieran con la suya.
-Gracias, es un gran halago viniendo de un empresario que ha logrado llegar lejos por su propia cuenta. -respondi sincera, pues
también lo admiraba por su arduo trabajo, porque sin tantos recursos y comenzando desde muy abajo, ha conseguido que su empresa
sea reconocida.
Eso si es digno de admirar.
-Que Sarah Doinel to diga, me hace sentir importante. -dijo antes de llegar a la puerta de la sala de juntas y le dediqué una amable sonrisa, antes de invitarlo a pasar.
-Pasa, estás en tu empresa, si se te ofrece algo, puedes decirmelo. -hable mientras me sentaba en mi lugar y Julián se sentó a mi izquierda, estaba à punto de responder, cuando el tono de llamada de mi celular resonó por toda la sala.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza, con la esperanza de que se tratara de la persona que estaba esperando, pero me desatenté al
ver que no era el Sr. Richman.
Vincent.-dije su nombre al responder la llamada.
– También me alegro de saludarte, Sarah. -su tono lleno de sarcasmo fue tan evidente como mi voz desanimada. -Llegaré en unos
minutos a la empresa, el vuelo de futuro socio se retrasó un poco, pero ya estoy con él. ¿El Sr. Ferrer està contigo?
-Si, ya está aqui. -respondi dándole una rápida mirada a Julián, que aprovechó para revisar su celular. -¿Has dicho vuelo? ¿De
donde es? ¿No piensas decirme ni su nombre? -pregunté con curiosidad, pues desde el momento que me informó que encontró el socio
perfecto, no ha querido darme más detalles.
Si no fuera porque es recomendado por mi primo, estuviera desconfiando de ese sujeto en este momento.
-Lo sabrás cuande lo veas. Solo llamaba para informarte la razón de mi retraso, te dejo. -y sin esperar una respuesta de mi parte, finalizó la llamada dejándome con la palabra en la boca.
¿Cómo se le ocurria hacerme esto? ¿Por qué tanto misterio con ese hombre? ¡Deberia saber toda la información de la persona con la
que iba a asociarme!
-¿Todo bien? -Julián preguntó preocupado, al ser testigo de mi desesperación después de colgar la llamada y no era para menos, estaba fulminando con mi mirada al celular, como si de esa manera le hiciese saber a Vincent que no estaba contenta con él.
Tomé una bocanada de aire para calmarme y cuando me recuperé, miré a Julián con una sonrisa casi imperceptible, mientras dejaba el teléfono sobre la mesa.
-Vincent tardará un poco, ahora soy yo quien debe disculparse. -dije avergonzada, pues Julián estaba sacando tiempo, dejando a un lado un proyecto tan importante para su carrera y lo estaba perdiendo por el retraso del socio misterioso.
—
No te preocupes, siendo asi, aceptaré una taza de café. -asenti con mi cabeza ante su petición y de inmediato se lo pedi a Jack,
de paso le pedi un té de valeriana para calmar los nervios y el estrés que me estaba causando todo este asunto.
¡Treinta minutos! Treinta minutos y Vincent no aparecia.
No hallaba donde meter mi cara de la vergüenza, por tener a Julián sentado por tanto tiempo. Al menos logramos distraernos. conversando de los planes que tenia con mi empresa y las colaboraciones con marcas reconocidas que depositaron toda su confianza en
mi, aun sabiendo que esto apenas estaba comenzando.
―
Me he enterado de que vas a casarte de nuevo. -abri mis ojos con sorpresa cuando Julián mencionó aquello con ojos afligidos, después de dar por terminado el tema del lanzamiento.
Aquello fue una pequeña mentira que le segui a Alexander para cerrarle la boca a Paul, pero no imaginé que fuese a llegar a oldos de otras personas, aunque debi suponerlo, teniendo en cuenta que Julián trabajaba actualmente en la colaboración con Doinel.
Ahora no sabia si negarlo o si debia continuar con la mentira hasta las últimas consecuencias,
Como si fuera un milagro del cielo, la puerta de la sala de juntas se abrió, impidiendo que le diera una respuesta a Julián,
Ya no estaba tan descontenta con Vincent, me ha salvado de una incómoda situación.
-Buenos dias. Sr. Ferrer, lamento la tardanza. -me levanté de mi asiento, quedando de pie en mi lugar con una leve sonrisa para por fin conocer al hombre misterioso, aunque no lo veía por ningún lado.
-¿Dónde está? No me digas que no vino contigo, porque… -dejé la palabra en el aire cuando Vincent me interrumpió alzando una
mano en el aire.
-Calma. -¿calma? ¿me estaba pidiendo calma a estas alturas? Ni siquiera el té de valeriana logró calmarme, ¿cómo me pide que me calme, si ha llegado solo a la sala de juntas?-Sarah, Sr. Ferrer, les presento al futuro socio. Adelante. -Vincent retrocedió para dirigirse a la persona que, sin saberlo, estaba al otro lado esperando a que lo invitaran a pasar.
Me exasperaba tantos rodeos por parte de Vincent, al presentar a aquel desconocido, cuando habia demorado más de treinta minutos en llegar.
Un hombre alto, pelinegro, con la tez tan pálida como la nieve y ojos color miel, apareció en mi campo de visión, caminando con la ayuda de un bastón, sorprendiéndome por completo.
Quedé petrificada en mi lugar con los ojos abiertos de par en par y cubriendo mis labios con las manos, al reconocerlo en cuestión de segundos, mis piernas flaquearon en el siguiente segundo, logrando que me sentara de golpe en la silla, es que no daba crédito a lo
que estaba viendo.
¿Qué hacia el aquí?
¿Este era el socio misterioso del que Vincent no podia darme información?
No puede ser.
Sus ojos color miel se cruzaron con los mios y ni siquiera pude parpadear cuando una auténtica sonrisa se dibujó en su rostro, como si estuviera feliz de verme, su mirada reflejaba la emoción del momento y yo no sabia ni como sentirme.
Debo estar alucinando, si, eso es, el estrés y los problemas me estaba jugando una mala pasada.
-Sr. Alexander, ¿qué le ha pasado?-Julián preguntó entre confundido y preocupado al ver a aquel hombre con su impecable traje, entrar de aquella manera, por supuesto que no tenia ni la menor idea de lo que estaba pasando.
La mirada del pelinegro dejó mi rostro para posarse en Julián y estiró su mano hacia el con seguridad, con una expresión en su rostro que no pude descifrar, tal vez sea porque le causaba gracia la repentina pregunta de Julián Ferrer.
– Usted debe ser Julián Ferrer, un gusto conocerle, soy Alexis Lancaster. -en cuanto escuché su voz profunda, muy diferente a como lo recordaba, cal en cuenta que esto no era producto de mi imaginación y que, efectivamente, el hombre que estaba de pie estrechando la mano de Julián, era Alexis.
No pude evitar mirarlo detenidamente de pie a cabeza, sin perderme el más minimo detalle. Pronto, una emoción indescriptible se alojó en mi pecho, sacándome de aquel estado de shock en el que me encontraba, al verlo tan recuperado, al verlo de pie con un mejor semblante.
¿Cómo era eso posible en tan poco tiempo?
Sr. Lancaster, le pido me disculpe por la confusión, por un momento pensé… Olvidelo. El gusto es mio. -Julián le respondió antes de soltar su mano y volvi a levantarme de mi asiento cuando me recupere por completo.
Tuve que desviar la vista hacia Vincent, reclamándole con la mirada por todo esto, se suponia que mi empresa no estaria relacionada con LC y me habia traido al gemelo de Alexander, ahora entendia porque no quiso decirmelo antes.
No se preocupe, no es el primero que me confunde con Alexander. -dijo Alexis con amabilidad y volvió a mirarme sin perder el
brillo en sus ojos. -Sarah Doinel, no se imagina cuanto me alegra volver a verla. me habló mientras se acercaba con paso lento
apoyándose en su bastón.
Yo… yo… Dios, Alexis, mira como ha evolucionado tu recuperación, también me alegro de verte y más en este estado, qué gran
sorpresa me has dado. -mi voz inestable apenas salia, pues ni siquiera sabia qué decirle
– Las terapias han sido muy favorables y he puesto de mi parte. ¿Un abrazo de bienvenida? -su pregunta me tomó desprevenida,
sin embargo, accedi cuando abrió sus brazos esperando por ese abrazo,
Di un par de pasos, los suficientes para llegar hasta él y recibirlo en un delicado abrazo con los ojos cerrados y con miedo de lastimarlo, inconscientemente, aspiré el aroma de su costoso perfume que era muy diferente al de su hermano, pero no podia negar que
me agradaba la sensación de nuestro primer abrazo.
Bueno, ya que estamos completos, podemos comenzar con la reunión.-la voz de Vincent interrumpió el rápido abrazo. -Tomen asiento, Sarah y yo les explicaremos la propuesta para la asociación, así como los riesgos y beneficios, luego, pueden tomarse el tiempo
que crean necesario para estudiarlo y tomar una decisión.
Vincent ayudó a Alexis a tomar asiento y llamé su atención con un carraspeo de garganta.
-Discúlpennos un segundo, debo conversar antes con Vincent. -arrastre a mi primo lejos de la mesa y lo miré con cara de pocos amigos. ¿Alexis Lancaster? Quedamos en que L&J no se relacionaria con Lancaster Collection, ¿por qué no me lo consultaste antes? Ah,
no, no me digas, esto fue idea de Alexander, claro, como no lo acepté como socio, acudió a su hermano. -le reclamé en voz baja para que el par de hombres sentados a nuestras espaldas no lograran escucharnos y Vincent tomó una bocanada de aire.
Si te lo decia no ibas a aceptar, Alexis no se asociará en representación de LC, sino por su propia cuenta, no es lo mismo. Además, el caso de Alexis es casi igual al de Julián y al tuyo, él está comenzando de cero, está recuperando su vida. ¿No son esas personas ejemplares con las que quieres trabajar? sus palabras, aunque no me convencian del todo, me hicieron cambiar la perspectiva de la inesperada presencia de Alexis. -Comencemos con la reunión, estoy seguro de que aceptarán asociarse.
Después de unos minutos en silencio, asenti con mi cabeza, después de todo, Alexis viajó en esas condiciones desde New York, seria muy grosero de mi parte hacerle tal desplante. Ambos volvimos a la mesa para iniciar la presentación de la propuesta.
Espero no arrepentirme de esto.
Después de un largo tiempo, en el que nos encargamos de informar y resolver las dudas de Julián y Alexis, le entregamos a cada uno un folder para que se tomaran el tiempo que creyeran necesario para estudiar los pros y contras, teniendo en cuenta que era una marca
nueva, debian tomar todas sus precauciones.
– Felicitaciones, Sarah, me parece muy buena la propuesta de no solo lanzar linea de ropa, las proyecciones a futuro me parecen by prometedoras. Yo acepto la asociación.-me quedé helada en mi asiento cuando Alexis aceptó al terminar la presentación, sin detenerse a pensar en el riesgo que podria correr al depositar su confianza en una marca que apenas estaba comenzando.
Por supuesto que los beneficios eran muy buenos, pero en dado caso que no sea lo que esperaba, la pérdida seria muy grande.
Yo también acepto, si bien existe un margen de riesgo, con el aporte y la experiencia de cada uno disminuiremos ese margen, L&J será un éxito. -mi corazón dio un vuelco y la emoción por poco se desborda de mi pecho porque ambos estaban de acuerdo con ser parte de mi empresa.
Me resultaba dificil de creerlo.
Entonces, no se diga más, cerramos el trato. –Vincent habló por mi, al darse cuenta de que estaba atónita, sin ser capaz de mover un solo músculo.
Pronto, sali de aquel estado, al escuchar el tono de llamada de mi celular. Mi pulso se aceleró y respondi rápidamente la llamada al ver el nombre en la pantalla.
Sr. Richman, estaba esperando su llamada. -fue lo primero que dije sin antes saludar, no tenía ánimos de ser cordial en este
momento.
Los latidos de mi corazón se aceleraron al escuchar las palabras decididas del Sr. Richman.
Sra. Doinel, tengo una gran parte de las pruebas que incriminan a los Dubois en muchos de sus crimenes. ¿Podemos vernos?