Capítulo 800
Capítulo 800
Capítulo800
No dijo ni una palabra, pero escuchó su respuesta en medio de su amoroso ardor y su deseo creciente:
Estoy dispuesta.
Esa noche, se entregaron apasionadamente, desde el baño hasta la sala de estar y luego a la cama, y finalmente regresaron al baño para otra ronda. La piel suave y delicada de la joven, y su cuerpo virginal, No volvieron loco de deseo y pasión. Nunca se había sentido tan satisfecho, y emocionado; tanto fisica
como emocionalmente.
Finalmente, agotada y adolorida, Noa se acurruco en su pecho y cayó rendida, susurrando. Rodrigo la acariciaba con gran ternura, sosteniéndola en su regazo, mientras que su otra mano retiraba
mancha roja. cuidadosamente las sábanas. En las sábanas blancas y desordenadas, había una gran Rodrigo sonrió, su mirada llena de amor y emoción, y la besó de nuevo con ternura. Noa dormia profundamente, y ni siquiera sus provocaciones la despertaban.
-Noa, ahora realmente eres mia–susurró Rodrigo, junto a su cabello mientras acariciaba su suave y tierno brazo. Le juró al oido palabra por palabra: ¡No te preocupes, nunca más tendrás días tan dificiles!
¡Te cuidaré el resto de mi vida!
–
Alejandro abofeteó a Ema, perforando su timpano y aflojando uno de sus dientes. Debió existir un gran odio para infligir tal brutalidad.
Leona acompañó apresuradamente a Ema al hospital, quien maldijo en voz alta a Clara y Alejandro durante todo el camino. Mientras más insultaba, más enojada, su oído y rostro le dolían cada vez más. El conductor estaba atónito, mirando constantemente por el espejo retrovisor. ¿Quién hubiera creido que la elegante y refinada esposa del presidente de la junta se comportaría como una vulgar cabaretera en ese
momento?
-¿Por qué estás mirando?-Leona notó que el conductor los espiaba y lo reprendió con gran severidad. -Te advierto que sigas manejando y mantengas esa boca bien cerrada. Si se enteran de algo de lo que sucede en este automóvil, tú y tu familia no podrán volver a vivir en México.
-Si, señorita–el conductor respondió tembloroso y no volvió a mirarias.
Eres una inútil, me duele por nada–Leona murmuró, molesta con su madre.
Ema no tenía donde desahogar su enorme ira, así que la descargó en Leona, presionando fuertemente su cabeza con un dedo, haciendo que su cuerpo se tambaleara. -¿Te quedas mirando, ¿cómo golpean a tu madre? ¿Vas & quedarte ahi mirando cómo Clara abusa de tu madre?
Siempre me supera Clara, si yo intervengo me temo que solo estropee las cosas–respondió Leona
Leona apretó los puños con enojo. -Me regañas a mi, pero ¿por qué no le gritas a Noa? Mira cómo te han tratado aquí, y ella ni siquiera se ha mostrado. ¡Solo sabe cómo engañar a hombres por ahi! No entiendo qué ve Rodrigo en ella, ¡debe de haber perdido la razón por completo!Content © provided by NôvelDrama.Org.
-¿Tienes el descaro de compararte con tu hermana? Aunque no se haya mostrado, ¿y qué? No se ha mostrado, y de repente se lleva a Rodrigo. Estoy muy orgullosa de ser la suegra de Rodrigo, eso es un honor, mil veces mucho mejor que escucharte decir estas cosas delante de mi–Ema despreció a Leona
sin ocultar su desden.
Ahora admitia que la genética defectuosa de Leona estaba predestinada desde el vientre de su madre.. No importaba cuánto la criara, seguia siendo una mala hierba y, no podía deshacerse de su vulgaridad
innata. Incluso era peor, que la hija con discapacidad que había tenido con Enrique.
Ema lamentaba enormemente no haberse centrado en criar a Noa. Había trabajado duro para nada.
Cuando llegaron al hospital, Ema fue tratada y trasladada a una habitación VIP.
Estaba acostada en la cama, con las mejillas hinchadas y los oídos adoloridos. No podia conciliar el
sueño, se sentia enojada y asustada. Temía que Clara descubriera la relación que tenia con Amalio, que
Amalio la traicionara y, sobre todo, que se descubriera, que el más oscuro secreto de que el verdadero
padre de Leona no era Enrique, sino Amalio.