Reconquistando a Mi Encantadora Secretaria

Capítulo 226



Capítulo 226

Capitulo 0226

Marcelo envi6 a Cira los datos que habian recopilado en la montafia de Almendros, y al dia siguiente, mientras recibia una transfusion, ella comenzo a organizarlos.

Su mano lesionada ya podia moverse y su eficiencia era aceptable. Una vez inmersa en el trabajo, dejaba de lado todo lo demas.

Cuando termin6, se dio cuenta de que la botella de la transfusion estaba vacia y una enfermera vino a retirar la aguja.

Cira not6 que el nombre del medicamento en la botella era diferente al de los dias anteriores, captando su atencion. Discretamente tomd

una foto del nombre con su teléfono.

Marcelo dijo que no podia llevarle el almuerzo, y aunque ofrecié pedirle comida a domicilio, Cira, capaz de cuidarse por si misma, decidié bajar a buscar algo de comer para no causarle molestias.

Ya era mediodia. Cira se estiré, se levanto de la cama, se puso una chaqueta y se prepard para buscar algo de comer. Morgan levanté la vista de su computadora y dijo: -Traeme tambi algo. A cambio, puedo llevarte a ver una obra esta tarde.

-Seguro que lo olvidaré, mejor pidale a Helena que le compre algo dijo Cira con una sonrisa forzada, sin interés en la obra de la que hablaba y salié directamente.

Morgan se recosté en la cama. El clima estaba bueno y la luz del sol entraba por la ventana, iluminando un atisbo de maquinaciones en sus ojos.

Cira salié del hospital por su cuenta y encontré un pequefio

restaurante cercano, donde pidié un taz6n de sopa con fideos.

Mientras tanto, buscé en internet el nombre del medicamento que habia fotografiado para ver su efecto especifico.

Sospechaba que algo andaba mal con el hecho de que los médicos le hubieran extendido la estancia en el hospital por dos dias.

Y, de hecho, sus sospechas eran correctas.

El medicamento era para la suplementacion de calcio.

Cira no creia que los médicos fueran tan minuciosos con la salud de los pacientes como para ajustar su dieta de esa manera. Sin duda, alguien habia conspirado con los médicos para hacer que se quedara dos dias mas en el hospital. Y no habia duda de quién era esa persona.

Cira dejé su teléfono, molesta, terminé rapidamente su sopa con fideos y regresé al hospital con el rostro frio. jMorgan! ¢ Cuando dejaria este hombre de manipularla a su antoj

La puerta de la habitacién estaba cerrada, pero Cira la abrid

directamente.

Para su sorpresa, vio a Morgan levantandose de la cama, incluso

vestido.

Llevaba un suéter de cuello alto que se ajustaba a su figura, unos pantalones de vestir impecablemente planchados y unos zapatos d cuero brillantes. En su mano tenia un abrigo de cachemira hecho a

mano.

En el tiempo que Cira habia ido a comer, Morgan habia pasado de ser un paciente gravemente herido e indefenso a un inalcanzable y distinguido sefior Vega.

Cira se qued6 parada un momento sin hablar, pero él se adelant6: — Dijiste que no me traerias nada y realmente no Io hiciste. Cira lo miré fijamente: -¢Fuiste tu quien le pidid al médico que me extendiera la estancia en el hospital?

Morgan, despreocupado, dijo: -Aunque no me trajiste el almuerzo, todavia puedo llevarte a ver la obra.

-jNo quiero ver ninguna obra!

-Cambiate y ven conmigo.

-Dije que no quiero...

-Querras -Morgan se volvid, sus ojos negros miradndola con calma. -La obra es en Aldea de las Flores.

Quizas fue su tono tan seguro, o el hecho de que menciono Aldea de las Flores, un lugar sensible para Cira, pero de repente también quiso saber qué estaba tramando.All text © NôvelD(r)a'ma.Org.

Habia ropa que Helena habia llevado para que se cambiara en la mesa. Cira la tomo y entro al bafio para vestirse.

Cuando salid, Morgan ya no estaba en la habitacién, solo quedab Helena, quien frotandose la nariz le dijo: -Secretaria Lopez, el sefio Vega ya bajo.

Cira también bajo, subid al asiento trasero del coche estacionado en la entrada del hospital, y de inmediato se alejé de él.

El espacio en el auto de lujo era amplio. Morgan, con las piernas cruzadas y apoyando su frente, tenia una sonrisa ambigua, lo que hizo que Cira sospechara que esta vez, realmente podria descubrir algo.

De hecho, se dirigian a Aldea de las Flores. Ya que los aldeanos se habian mudado, la construccién avanzaba rapidamente. En solo un dia, la mayoria de las casas habian sido demolidas.

El coche avanzaba lentamente, mostrando un paisaje de ruinas por la ventana, una escena completamente opuesta a la que habian visto hace dos dias, tanto que Cira se sintid algo desorientada.

Esta desorientacion alcanz6 su punto maximo cuando, entre las ruinas, vio a Marcelo pisando la cara de Joaquin, con una expresion fria y severa.


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