Capítulo 230
Capítulo 230
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La ultima luz del cielo desaparecio detras de las cortinas, sumiendo la habitacion en una penumbra grisacea.
Los dias de invierno eran cortos, apenas pasadas las cinco y media, ya casi no se podia vislumbrar la luz del dia.
Cira yacia exhausta en la cama, tan cansada que hasta respirar le resultaba pesado.
Todavia tenia un ligero rubor en las esquinas de sus ojos, sus pestafias himedas por lagrimas no secas.
Morgan levanté la mano para alisar su entrecejo. Cira estaba tan agotada que, aunque sentia su toque, no queria moverse. Morgan la dejé dormir y se fue a la ventana a fumar con su cajetilla de cigarrillos y encendedor.
Hacia mucho que no sentia algo asi, incluso mas fascinante que la satisfaccién de firmar contratos de miles de millones.
Quizas era por Cira, esta mujer que, desde que dejé su trabajo, se volvid muy aguda, evitandolo como si fuera veneno, sin mostrarle ninguna cercania, despertando asi su deseo de conquista.
Queria verla derrotada, sometida, llorando impotente en sus brazo
Después de fumar un cigarrillo, Morgan volvio a la habitacion justo cuando el teléfono en el suelo se ilumino. Antes de que sonara el timbre, lo puso en silencio para no despertar a Cira.
Era el teléfono de Cira, mostrando Profesor Sanchez.
Morgan sonrié con sarcasmo, no solo no evitd la llamada, sino que la
contesté directamente.
La voz suave y calida de Marcelo salié del auricular: -Cira, no te vien
la sala del hospital, gestas paseando abajo?
Morgan respondio: -No, ella esta dormida.
Marcelo, al otro lado de la linea, guard6 un silencio que duré tres largos minutos. La sonrisa de Morgan se amplid, y entre sus cejas y ojos oscuros, habia un tipo de arrogancia y belleza que no se veia normalmente:
Cuando Marcelo volvié a hablar, su tono habia cambiado completamente, llegando incluso a Ilamarlo por su nombre.
-Morgan, Cira ya vive con suficiente dificultad, por qué no puedes dejarla en paz? Una y otra vez la presionas y la acosas. No te faltan compafieras, gno puedes simplemente dejarla vivir una vida tranquila y pacifica?
Morgan arqueé una ceja: -; Puedes tu ofrecerle una vida tranqui pacifica?
-jSi tu no la molestas ni la perturbas, ella misma puede darse vida tranquila y pacifica!
-Asi que esa es la razon por la que el profesor Sanchez solucion asunto de Joaquin en secreto. La voz de Morgan era fria: -La intencion es buena, pero
lamentablemente no entiendes a Cira. Ella es alguien que preferiri una verdad fea a un suefio falso. En sus ojos, tu comportamiento. solo se vera como engafio.
Marcelo se qued6 aténito, ¢Cira lo sabia? -Una vez que la duda se siembra, cada vez que te vea recordara
cémo pisoteaste a Joaquin hoy, y empezara a dudar si lo que dices ahora es verdad 0 no, y por qué finges estar a su lado, si tienes algun
otro motivo... Morgan sintié una figura lanzarse hacia él desde atras y se gird agilmente. Cira, desesperada, traté de arrebatarle el teléfono: -;Devuélvemelo!
Morgan colg6 la llamada, y con su otra mano atrapé a Cira en un abrazo entregado.
No le habia ayudado a vestirse.
Ella se levantd tan apresuradamente que solo tomé una delgada manta para cubrirse el pecho, dejando sus curvas traseras completamente expuestas a la vista de Morgan.
Cira dijo enojada: Dame mi teléfono! Morgan sonrio y bajé la cabeza para capturar sus labios.
Cira empujé su pecho con ambas manos, pero él era inamovible como una montafia, y la manta se desliz6 de su cuerpo al p apoyo. Morgan la levanto y la colocé en un armario, besando s
cuello. Cira, con los ojos inyectados en sangre, se sentia extremada humillada, pero gqué podia hacer si no podia empujarlo? El teléfono soné nuevamente, el timbre resonando en la habita
Morgan sintié que el cuerpo de Cira se tensaba por el sonido del timbre, suponiendo que era Marcelo, una mirada de impaciencia desdén cruzo sus ojos, y simplemente tird el teléfono.
Luego llev6 a Cira de vuelta a la cama.
Morgan se quitd su bata de bari
: Con tanta energia, continuemos.