Chapter 259
Capitulo 259
Antes de que Carol tuviera oportunidad de hablar, éf continuó ficiendo
“No sé si es por aquello de besarto la otra vez que te hice pensar mal pero esta noche es un buen momento para aclarar las
cosas
La razón por la que te besé de repente la otra vez. tú bien sabes, somos adultos y todos tenemos necesidades fisicas normales. Puede que uno pierda el control de vez en cuando, pero eso no significa que tenga sentimientos por ti.
Esta noche lo dire por última vez, solo amo a la madre de Miro, viva o muerta, ella es la única para mi en esta vida La esperare siempre, hasta que Miro crezca, hasta que yo muera!
Aparte de ella, no tengo ojos para nadie más incluyéndote a tit
No importa lo que hagas, nunca estaré contigo, nunca en la vida, asi que, sea cual sea tu intención al acercarte a mi, mejor olvidalo esta misma nochel
No soy ninguna buena persona, y no me gusta repetir las cosas una y otra vez, más te vale no provocarme
Carol estaba verdaderamente enfurecida, cada palabra que él decia era como si estuviera pisoteando su dignidad en el suelo.
Si de verdad ella tuviera esas intenciones, lo aceptaria Nôvel(D)ra/ma.Org exclusive © material.
Pero no era asil
Solo queria ver si el era el mismo hombre salvaje de aquella vez!
Tragándose una amargura enorme, Carol con los ojos enrojecidos le respondió,
“Puedes estar tranquilo, no pienso tanto en ti! Si me acerqué a ti fue pura y exclusivamente por Miro. Espero que cumplas tu palabra, que nunca me mires con esos ojos. ¡Que no me busques nunca!”
Dicho esto, se dio la vuelta y se fue.
Al volver a su estudio, se cubrió con la manta y rompió en llanto
Enfadada por lo feo que hablaba.
Enfadada por ser tan tonta.
Con toda la valentia del mundo había ido a su habitación y no solo no había conseguido lo que queria, sino que volvió con el ego por los suelos.
Le dijeron en cara que no tenía respeto por sí misma, ni amor propio y que era un sin vergüenza.
Ese tipo de daño verbal dolía más que si le hubieran dado unas bofetadas.
Entre sollozos entrecortados, el llanto de Carol traspasaba la pared y llegaba a los oidos de Aspen.
Él, frunciendo el ceño y con el rostro oscurecido, se sentia extremadamente molesto.
Ella podía ayudar a Miro, él quería tratarla con respeto, pero no esperaba que ella fuera tan descarada.
Carol, ajena a todo, lloró un poco y luego se quedó dormida.
Aspen, por su parte, pasó la noche fumando y sin poder dormir.
Al día siguiente, antes de que el sol saliera, ya se escuchaban ruidos en la sala.
Abel había vuelto con “Miro de afuera.
Aspen, que ya había recibido la noticia, estaba en la sala con una expresión de sorpresa y preocupación al ver a “Miro“.
“¿Cuándo saliste?!”
Lain apretó inconscientemente sus pequeños puños, mirando a Aspen con una expresión complicada.
¡Este era su papá!
¡El papá de él y de Ledo!
Cada vez que mencionaba a su papá, siempre era con tristeza e indiferencia.
11:04
Capitulo 259
Después de enterarse de que Aspen era su papá y que aún estaba vivo, se sentia esperanzado y furioso.
Esperanzado porque no hay niño que no quiera a su papá, por más duro que sea por fuera, en el fondo lo añora.
Furioso porque estaba enojado por el daño que le habla hecho a su mamá, porque no podia darle a su mamá un hogar cálido.
Antes de venir, pensaba que al ver a Aspen no perdería el control.
El era Lain, no Ledo, siempre sereno, a este papá que no le cala bien, solo lo observaría friamente, no le hablaria.
Pero ahora, viendo la mirada preocupada de él, inexplicablemente sentia una punzada en la nariz.
Se sentía terrible por dentro, como si hubiera sufrido una gran injusticia.
Aspen ya se había agachado, con sus manos sobre los hombros de Lain,
“Miro, dime qué pasó. ¿Por qué te fuiste solo en mitad de la noche?”
Era evidente que Aspen lo confundía con Miro.
Lain frunció el ceño, molesto apartó la vista, “No quiero hablar contigo!”
“Miro…”
Justo cuando Aspen comenzaba a hablar, Carol, al oír el ruido, salió corriendo.
Solo le tomó un segundo de mirar a Lain para darse cuenta de que algo no estaba bien..
Este niño era Lain, no Miro
El amor de Lain por ella era notorio y tiemo, ¡completamente diferente al de Miro!
El corazón de Carol se aceleró, corrió hacia Lain, lo levantó en brazos y se fue directo al cuarto de Miro.